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julio 5, 2010

Patxi Zabaleta: «El fin digno de ETA es el cese unilateral de la violencia; no cabe otra negociación como la de Loyola»

Entrevista a Patxi Zabaleta en el El Correo

Insta a Batasuna y EA a garantizar en su acuerdo los «derechos» de quienes no son independentistas

Cuando se habla de la izquierda abertzale con Aralar, siempre aparecen ‘los otros’.
– ¿La sombra de HB es demasiado alargada?
– Es la otra sensibilidad de la izquierda abertzale, pero Aralar tiene su propia aportación: ETA tiene que terminar unilateralmente por decisión política, sin ningún tipo de negociación de contenido político. Sin contraprestaciones. El diálogo tendría que venir luego entre los partidos sobre las consecuencias de la lucha armada y la normalización. Ése es el proceso civilizado. Cualquier otra solución sería perjudicial para el futuro de la izquierda abertzale e inasumible desde un punto de vista democrático.
Patxi Zabaleta (Leitza, 1947) lanza su mensaje a las primeras de cambio. El líder de Aralar se congratula de que la apuesta por los «cauces exclusivamente civiles» de su partido, que acaba de celebrar su décimo aniversario tras surgir como corriente interna en HB, se oiga también en esa «otra sensibilidad». A su juicio, Batasuna ha confirmado su «acercamiento» a los postulados de Aralar en el acto que celebró con EA en Bilbao, lo cual es todo «un avance». Ahora, la izquierda radical llama a la puerta sus ex compañeros. Quieren que Aralar se sume al polo soberanista en demanda de «un Estado vasco». El fundador del partido, que tiene sede en Pamplona al lado de la capilla de San Fermín, acudirá a las «conversaciones oficiales» con los ‘otros’ «sin limitación de temas» y con el espíritu conciliador. Se le nota su pasado seminarista.
– ¿Teme que la aparición en escena de la autoproclamada izquierda abertzale deje a Aralar sin señas de identidad?
– En absoluto. Siempre hemos dicho que la izquierda abertzale sólo puede ser civil, plural y democrático; no teledirigida.
– En las reuniones que van a mantener, ¿pedirán a Batasuna un desmarque nítido de ETA?
– Hay cuestiones que no se pueden quedar al margen. Por ejemplo, los avances en favor de la pacificación. Y ahí entra la exigencia expresa a ETA de un cese unilateral.
– ¿Firmaría Aralar ahora el acuerdo presentado por Batasuna-EA?
– No lo podemos suscribir. La pluralidad es otro tema ausente en ese documento. Y la trasversalidad. Hay que estructurar una fuerza política que tenga programa de izquierdas, y eso no está en el acuerdo Batasuna-EA. Ellos hacen un posicionamiento a favor de la independencia que nos parece respetable, siempre que se asiente en el derecho a decidir. Para eso hay que abrir la mano a la derecha y a la izquierda, a todos los demócratas. Crear una nación sí, pero una nación en la que los derechos de los no independentistas estén tan garantizados como pretendemos que ahora estén los de los independentistas en una situación de no independencia.
– ¿Ve al mundo de Batasuna en disposición de romper con ETA?
– Ideológicamente, sí. Falta un aspecto casi sentimental. El fin digno de ETA es el unilateral. Tiene que acabar como escribió Julen Madariaga (uno de sus fundadores). ETA fue un movimiento que nació por motivaciones políticas y tiene que acabar por motivos políticos. Es lo que conviene, no sólo por razones éticas y morales. Policialmente nunca se acabará con la organización. Se pueden dar golpes sustanciales, pero puede reorganizarse.
El debate «está en la banda»
– ¿Tiene algún indicio de que la banda se plantee un alto el fuego?
– No tengo pruebas, pero sí la convicción de que en la banda el debate sobre la finalización está vigente. La detención del grupo de Carrera ha podido trastocar esa evolución. Rubalcaba, habilidoso comunicador, dijo que no estaban rezando el rosario. Lo dijo para ocultar que no estaban preparando un atentado. Estaban debatiendo.
– Por sus últimos comunicados y acciones desmanteladas por la Policía, la banda terrorista no parece por la labor de dejar las armas.
– Tampoco hay comunicados en los dos o tres últimos meses. Si van a pretender que exista un proceso al estilo Argel, Lizarra o Loyola, nosotros creemos que eso está acabado. Además sería perjudicial. Yo creo que ya fue perjudicial en Loyola, al margen de las intenciones que tuvieran los que allí se encontraban bajo la égida de los jesuitas.
– ¿Qué modelo sería el adecuado?
– Lo que ya he dicho: cese unilateral. Somos contrarios a cualquier idea de proceso-negociación. Contrarios a repetir experiencias como la de Loyola. Ningún logro político de ETA en la mesa de negociaciones sería admisible políticamente ni ejecutable. Cómo íbamos a ir a cualquier sitio a decir que esto lo han acordado ETA y el Gobierno.
-¿Cree que ETA podría diluirse como un azucarillo, como se maneja en algunos círculos políticos?
– Eso no es posible. Tiene que haber motivaciones políticas. La teoría del azucarillo y otras zarandajas que maneja el Ministerio del Interior se parecen mucho a las que utilizaba Mayor Oreja en su tiempo, cuando recibía más incienso que el apóstol Santiago matamoros.
– ¿Y cuál es el motivo político?
-Sólo uno. Dejar el cauce a la lucha política. Con todas las críticas que se quieran al actual sistema, y más teniendo en cuenta la irresponsabilidad de PP y PSOE por endurecer la ley de partidos.
– Alegan que es para evitar que Batasuna se cuele en las elecciones sin antes desmarcarse de ETA.
– Han demostrado una falta de categoría espeluznante. Es una victoria de los ultramontanos del PP, a los que se supedita un sector del PSOE.
– Eguiguren dice que esta vez Batasuna va en serio. ¿Usted?
– ¡Ya le ha costado! No decía lo mismo en febrero. Pero no se puede devaluar su mensaje. Eguiguren tiene una dosis de audacia porque ha mantenido la posición ante desautorizaciones de López y Rubalcaba. Eso le honra. Es contrastable que Batasuna está dando pasos diferentes. Hay avances. En el documento ‘Zutik Euskal Herria’ aparece de forma expresa la utilización exclusiva de cauces políticos. Además, se han aceptado los ‘principios Mitchell’. Hay resistencias, pero se está en el camino de la defensa de todos los derechos humanos.
– ¿Ahora mismo Rufi Etxeberria es el interlocutor válido de Batasuna fuera de la cárcel?
– Es un personaje de gran legitimidad histórica en Batasuna. Tiene una gran audiencia.
– ¿Le convence la teoría alentada por Mayor Oreja de que el Gobierno de Zapatero ya está negociando con ETA?
– No. Esa teoría es falsa. El Gobierno seguramente hace lo que ha hecho siempre. Tomar la temperatura, acercarse a los ámbitos del debate de Batasuna y allegados a la organización. Pero estoy convencido de que cualquier posibilidad de diálogo se rompió en la T-4.
Euskadi, «navarrizada»
Zabaleta demuestra su poso cultural en el tú a tú. Con un clarete en una taberna de Pamplona, confiesa anécdotas vividas con Jorge Oteiza y se muestra interesado en la historia y la filosofía. Siempre que puede barre para casa con referencias a Navarra. Por ejemplo, al censurar el fallo del Constitucional sobre el Estatut, recuerda que Eslovaquia y Chequia se separaron «y no pasó nada». Bueno, sí. Que Chequia compite ahora con Pamplona en la fabricación de coches y que Eslovaquia eliminó a Italia del Mundial.
– ¿Cómo ve al Gobierno de López?
– Condicionado por el PP. Es posible que dure toda la legislatura, pero está sujeto a los vaivenes de la excepcionalidad. En el fondo, el pacto PSE-PP ha navarrizado a la comunidad autónoma vasca. En Navarra siempre hemos tenido eso: UPN-PSN. Y eso desdibuja a los socialistas. Todo lo que hace Ares podía hacerlo en un Gobierno del PP.
– ¿Por qué a Aralar no le convence el Plan de Educación para la Paz?
– Porque no pone en igualdad de condiciones a todas las víctimas. Tan víctima es José Javier Múgica, concejal de Leitza al que mató ETA, como Mikel Zabalza, al que mató al Guardia Civil. Hay que llegar a una cultura en la que sean iguales las víctimas de ETA, GAL, Batallón Vasco-Español y las provocadas por las fuerzas de seguridad en sus excesos o la ‘guerra sucia’. No podemos caer en una reedición de las víctimas calcada a los caídos en el franquismo.
– ¿Pero no cree que el foco hay que ponerlo en la única dictadura que hoy existe, el terrorismo de ETA?
– No. El foco hay que ponerlo en los principios democráticos y humanos. Para deslegitimar la violencia, hay que deslegitimarla toda. Es tan odiosa la violencia de ETA como la violencia mercenaria del GAL. Los asesinados por ETA son más, desde luego. Pero la equiparación no sólo se puede hacer con números.

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